martes, 16 de enero de 2007

Un día para olvidar

Desde luego hoy he tenido un día de esos de martes y trece, o de los favoritos de Murphy para corroborar sus teorías. Hoy, si algo podía salir mal, ha salido mal.

Ya desde la hora de levantarme, como siempre lo primero que hago es meterme a la ducha para empezar a ser persona y quitarme el traje de zombie. Doy el grifo, espero a que el agua salga caliente... espero a que el agua salga caliente... ¡¡Y ya podía esperar sentado!! Dos minutos después predigo que éste no iba a ser uno de los mejores días. Como puedo me lavo al menos la cabeza con agua helada quitándome la zombilería y quedándome más tonto que un higo, además de helado.



Entre pitos y flautas me entretengo demasiado (aún albergaba esperanzas de que volviera el agua caliente y pudiera darme una ducha relámpago) y salgo tarde de casa. Evidentemente el metro cierra sus puertas en mis narices y tengo que esperar los cinco minutos de rigor hasta el siguiente tren, lo que me hace llegar más tarde de lo que esperaba al trabajo (hoy quería llegar pronto).

Llego y "extrañamente" las cosas no me salen ya que no estoy cómodo estando sin duchar y por ende sin despejarme. Casi dormido y helado de frío llego hasta media mañana donde me empieza a mosquear que empiezo a olerme. Me había echado unos litros de colonia pero aun así un poquito de sudor acumulado ya huele. Irremediablemente incómodo además me doy cuenta al ir al baño, mirándome por primera vez en el día en un espejo, de que llevo una camisa sin planchar. Ole tus huevos, vete así hecho un cerdete a trabajar... evidentemente aunque lo explicara no me iban a creer o sería peor el cachondeo. Intento evitar el contacto.

Después de comer me tocaba ir a solucionar unos problemas en otro edificio relativamente cercano pero casualmente hoy (tenía que ser hoy >_<) me tocaba hacer mi primera incursión en solitario. Esto signigfica alquilar un coche de mi empresa (paga la empresa, claro) y dirigirme hacia allí a hacer la ñapa rápidamente para estar de vuelta prontito a mi hora de salida. Nada fuera de lo normal si no se tiene en cuenta el detalle de que yo Madrid, para desplazarme, la conozco bajo tierra, pero nunca he conducido sólo por aquí. Recuerdo más o menos con mi "estupenda" memoria el camino de ida y llego al edificio.

Entro cargado como un vendedor ambulante y me pongo el pañuelo ninja para que no me vean mucho por allí porque ya sabéis que un informático es como un imán, cada vez que te ven "Hombreee, que bien me vienes, ¿puedes venir un momento a mirarme una cosa rara que me pasa en el ordenador?" "Oye, es que no me funciona..." "Es que me he puesto adsl en casa ¿podrías configurarmelo en el portatil de la empresa?"... y asi hasta que corres huyendo de esa jauría para salvar tu integridad mental mientras te miran como si fueras un loco y comentan entre ellos lo raros que son los informáticos...



Total que llego a mis destinos y me pongo a solucionar los problemas en cuestión mientras a los users les da por contarme su vida esperando evidentemente que mantenga una conversación activa y con respuestas cada 5 segundos mientras investigo el problema que tiene su equipo intentando concentrarme. No niego que sean simpáticos y unas encantadoras personas pero jodeeeer, tengo dos horas para solucionar todos los problemas que tienen varios usuarios, sin olvidar los nuevos de los usuarios que me asaltan, asi que ¡¡déjenme concentrarme en mi trabajo cullons!! Como casi no puedo pensar con el moscardon encima voy dejando algún problema sin solucionar.


Estoy configurando una wifi con el perfil de un usuario y me atacan tres a la vez para que les cree perfiles abiertos para poder conectarse a las redes de sus vecinos (que, claro está, no es ni remotamente una tarea mía en la empresa pero qué más da, soy el teclas, ¡vamos a abusar de él!). Encima, como no les funciona con una red que pillaba cerca del edificio, que sería de un vecino y que la tendría con contraseña, me veo envuelto en una conversación en la que se duda de mis capacidades... a tomar por culo, me invento un cuento técnico chino y les dejo con cara de canelo, especialmente al que iba de listillo y que pretendía dejarme a mi de tontillo, y vuelvo a hacer lo que realmente es mi trabajo intentando concentrarme para terminar. Mientras el usuario me cuenta lo aficionado que es a los juegos en red >_<. Claro está con tal "tranquilidad" para trabajar no consigo solucionar el problema porque a saber que cóño había tocado para que no se le arreglara el wifi asi que me voy de allí media hora más tarde de mi hora de salida con la mitad de los problemas sin solucionar.


Y ahora viene la madre del cordero, porque cuando volvía en coche hacia mi edificio comíendome la cabeza por el jodido día que estaba teniendo, me pasé mi salida y acabé en una calle que no había visto en mi vida. "¿Donde cóño estoy?" me pregunto a mi mismo "¿Y cómo coño vuelvo yo a mi ruta?" me sigo preguntando... pues nada, como ya llegaba poco tarde a recoger mis cosas e irme a mi casa ponte a conducir una hora, totalmente perdido entre atascos y calles cortadas, hasta que encuentro algo que me orienta, el pirulí de la TV por el cual tenía que pasar al lado, que estaba como a unos cinco kilómetros de mi posición. Me dirijo hacia allí y llego a una rotonda en la que giro y giro hasta ver una salida que me suene. Por fin consigo orientarme cuando llego al cementerio de la Almudena gracias a que allí rodamos un corto.


Cuando llego a mi curro evidentemente no queda ni el tato. Mi primer y único golpe de suerte en todo el día es que la puerta del departamento seguía abierta (menos mal porque me había dejado las llaves dentro). Por fin cojo mis cosas y me voy al metro con mi olor a chotuno después de más sudores y nervios pasados en el coche. Iba a ir a comprar comida, que no tengo apenas, pero decido acabar el día cuanto antes yendo directamente hacia mi casa para evitar nuevos peligros o atentados a mi suerte.

Pero también me esperaba en casa la mala suerte. Hoy me traían los de seur el portátil que compré la semana pasada por Internet y adivinad... como el nene había llegado a casa dos horas tarde por estar dando vueltas por madrid como un puto hamster en su rueda, pues el señor de seur me había dejado la notita de "no hay nadie, me voy", asi que nada más entrar en casa llamo para ver si aún siguen de reparto. La voz femenina me dice que avisará al repartidor a ver si se puede pasar, yo aún albergo esperanzas tontamente porque en este día no podía pasar nada bueno pero al final................... que no coño, que no ha venido hoy al final.

Total que me he tumbado un rato, he cenado y me he duchado y ahora estoy escribiendo aquí antes de dar por clausurado un día nefasto en el que más me valía no haberme levantado. Por lo menos me llevo algo bueno y es que me ha dado para una entrada en el blog -_-


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