domingo, 12 de marzo de 2006

Vértigo

Es un poco la sensación que siento. Y es que miro atrás y veo todo lo que he recorrido en tan poco tiempo que me asombra. Es como si aquí el tiempo se midiese de otra manera, los días dan de sí muchísimo más y realmente siento un avance constante, a cada movimiento, es una extraña sensación de aprovechamiento, de satisfacción con uno mismo ¿es esto la felicidad? yo creo que si.

Volviendo la mirada hacia atrás para recordar qué hago aquí me encuentro el detonante, fue el estreno del corto de un amigo de Burgos David Castro (que raro, otro David ;-P), con el que casi había perdido el contacto. David era y es un friki de la cabeza a los pies que ya me dió muy buenos ratos cuando fue mi inseparable en el instituto. Lo sorprendente fue que recibí un correo de que estrenaba su último corto en la sala del cordón de Caja Burgos, se titulaba "La esquina de San Millán". Yo pensaba, joder con el chaval, se junta con cuatro colegas, hace un corto y lo presenta ahí... pues vamos, a ver que ha hecho. Esta claro que no era consciente de la dimensión de los hechos y me enseñó una lección que me ayuda desde entonces, las cosas si se hacen con toda la ilusión salen más que bien.


El caso es que cuando estaba en esa sala con aforo para más de doscientas personas empecé a sentir un halo especial, eso no era normal, era Castro, mi colega del insti pero ya era como si no estuviéramos a la misma altura, él era el maestro de ceremonias y yo un simple espectador más. Me senté a contemplar el espectáculo después de saludarle y aquí empezó la sorpresa, ¡no paraba de llegar gente! Al final se llenó la sala y hubo hasta gente de pie. Y siguiente sorpresa, ¡rueda de prensa! Luego vino el corto que me encantó (pude comprobar que su personalidad surrealista impregnaba su trabajo). Luego más rueda de prensa, aplausos, risas... y yo ya estaba emocionado como si fuera el propio David. Mentiría si dijera que no sentía envidia de estar en su lugar pero entonces pensé que él se merecía estar ahí porque se lo había currado. Ya era hora de empezar a currármelo yo.

Una llamada a Fox para contarle la experiencia y la emoción contagiosa se hizo objetivo. Iríamos a Madrid a montar nuestra propia productora, a conocer gente, a aprender de este mundillo que hasta ahora sólo era una afición.

De eso hace poco más de un año y ahora estoy aquí con la misma emoción infatigable pero con mucho más vivido a mis espaldas. La fantástica incorporación de Zisko al proyecto de la productora, el piso, metrópolis, los compañeros de clase y de rodaje (esa gente tan maravillosa), el aprendizaje, el trabajo, un premio bajo el brazo, el proceso de susto o muerte, los buenos y malos momentos... todo en definitiva es genial y me siento orgulloso de haber tomado la decisión de arriesgarme a dar este salto. El hecho de compartirlo con esos dos fuera de serie que son mis compañeros de productora y de toda la gente que estoy conociendo y que hace que todo sea posible es lo que más me llena.



Y ahora estoy aquí escribiendo ésto delante del ordenador mientras escucho la música de So Alive, un grupazo con el que vamos a trabajar en un videoclip próximamente. ¿Quién iba a decirme esto a mi hace un año?

Todo junto da un poco de vértigo, por suerte yo no me mareo con facilidad.

1 comentario:

Quentin dijo...

¡Coño Gon!, que sorpresa. Gracias por tu comentario. ¿He leído ese guión del que me hablas? ¿Es aquel último que me pasaste? Yo estaría encantado de dirigir un guión de alguien que escribe tan bien.