El apoyo reconforta

Ayer en mi clase de Cine16 se votaba el guión definitivo sobre el que trabajaríamos para el primer corto. Los candidatos eran dos: Tempo y Azúcar.

Hará un par de semanas fue la primera clase de lectura de guiones y, según dijo el profesor, este año era extrañamente participativo pues mucha gente llevó un guión para proponerlo como opción al primer corto. Yo infeliz de mi me presenté a esa clase con una idea apenas sin desarrollar en un papel cuando la gente ya traía sus guiones terminaditos y bien presentados. A las palabras de ¿quién empieza? yo simplemente desvié la mirada como quien imagina que así se vuelve invisible. La gente iba leyendo sus guiónes, algunos tenían calidad pero eran irrealizables, otros eran algo... digamos espesillos, otros me gustaron mucho. Al final se leyeron unos cinco o seis y el profesor pregunto si había alguien más. Yo un poco avergonzado no di la cara pero uno de mis compañeros, Pelegrín, que había leido mi idea colgada en Internet en el grupo de correo de clase, me animó a leerla. Sorprendentemente gustó y, aunque no tenía ni título, entró en las votaciones. Lo flipé viendo que era una de las dos finalistas empatadas a votos. Se decidió que se desarrollara mi idea en guión y que se votaría el próximo día de clase de guión cual escogíamos de las dos finalistas.

El próximo libro de mi cola de lectura.

Total que escribí primero una versión que me dejaba bastante contento, la colgué y gustó de nuevo, pero no era la misma expresión en la cara de la gente y tampoco me acababa de convencer a mi el final. El pasado domingo se me iluminó la cabeza y escribí un final alternativo que no sólo me convencía más sino que gustó más a todo el mundo, con eso puedo afirmar que era mejor.

Ayer, como decía, se votó entre las dos opciones: Tempo (de Mar) y Azúcar (mi guión, titulado en su primera versión ¡Que me olvides!). Yo estaba bastante nervioso pero visto el apoyo de mis compañeros estaba dispuesto a luchar por ser elegido. Al final ganó Azúcar lo que me llenó de emoción y de nuevo alimentó más mis ganas de dedicación a este primer corto de clase rodado en cine (del que soy ayudante de dirección). Luego, claro está, con el guión decidido vino el debate de cómo mejorarlo. Fue un bombardeo de ideas nuevas, algunas cambiaban mucho el tono pero en general me gustó que todo el mundo se volcara en poner su granito de arena a este guión (aunque también me dijeran las partes que más flojeaban ^_^Uuuu). Ahora toca reescribir con las nuevas aportaciones y dejarlo listo para que el director lo lleve a imágenes.

Con lo que me quedo sobre todo es con el apoyo recibido. Es muy reconfortante ver cómo haces algo y la gente te lo reconoce y apoya tus ideas para que salgan adelante, eso realmente da más ganas de trabajar por tus objetivos y crea una gran sensación de bienestar.

Gracias por vuestro apoyo compañeros.